Sermon Sur la Chute de Rome“En alguna parte del universo – escribe el francés Jérôme Ferrari- tal vez está escrita la ley misteriosa que gobierna la génesis, el crecimiento y el final de los mundos”.  La última novela de este autor, ganadora del Premio Goncourt 2012 (el más prestigioso de la escena literaria gala), intenta descifrar los presupuestos e imperativos de esta ley inexorable.

Su título, El sermón sobre la caída de Roma, se inspira en la prédica de Agustín de Hipona en el año 410, cuando los bárbaros hicieron caer el imperio romano occidental. Ferrari hace gravitar su historia (“un testimonio del fin, un testimonio del origen”), dentro de las premisas agustinianas del final de los mundos históricos y la condición perecedera del hombre.

La anécdota principal gira en torno a dos amigos de la infancia –Matthieu y Libero- quienes, en plena juventud, toman una pausa en sus vidas para instalarse en la isla de Córcega a dirigir un bar. En su punto más alto, el bar será descrito como “el lugar elegido por Dios para experimentar el reino del amor en la tierra”.  A su vez, se narra la historia de Marcel, el abuelo de Matthieu, quien intenta construir su mundo ideal en Indochina (Vietnam), pero las circunstancias lo harán claudicar. Finalmente, se despliega el conflicto interior de Aurélie, la otra nieta de Marcel, quien luego de un viaje de estudios a las ruinas de Hipona, vuelve a sí misma con una lucidez que la lleva a terminar con su relación amorosa y replantearse su lugar en el mundo.

En El sermón sobre la caída de Roma, Jérôme Ferrari subyuga su prosa a un sonoro registro poético. La narrativa es tan lograda como trágica (su propia lectura es vertiginosa por sus capítulos sin punto y aparte), con alguna reminiscencia del romanticismo decimonónico: “Pero las montañas ocultaban su inmensidad y levantaban toda su masa inerte contra Marcel y sus sueños inalcanzables”.

La violencia es la escena soterrada detrás de cada página de este libro. Pero no aquel ímpetu de  las hordas bárbaras que saquearon a Roma, sino la violencia interior que resuelve las decisiones de cada uno de los personajes, un sentimiento interior de combate y rendición. Las tres historias del libro, tendrán un final irrevocable. Como escribió el poeta inglés Shelley, “no puede tomarse la gloria de aquellos que del mundo hicieron su presa”.

El último capítulo contiene, casi entero, el sermón del Obispo de Hipona a sus fieles temerosos por las increíbles noticias que llegaban de Roma. Como si escribiera desde el borde un abismo, el novelista desnuda la palabra de Agustín con la insolencia de la literatura: “¿Tú lloras porque Roma fue entregada a las llamas? ¿Dios alguna vez te prometió que el mundo sería eterno? (…) Y si tú amas el mundo, perecerás con él”.

Un pesimismo final ronda esta obra de Jérôme Ferrari: “Los mundos pasan, en verdad, uno tras otro, de la oscuridad a la oscuridad, y su sucesión puede que no signifique nada”. Y sin embargo, la manera cómo está escrita del El sermón sobre la caída de Roma, conjura el nihilismo de sabernos efímeros en medio de la nada.

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Reseña hecha por @storytellerve09

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