• About

#Librodeldía

~ Regalar libros es ganar amigos

#Librodeldía

Publicaciones de la categoría: Reseñas

Anotaciones sobre El cuerpo de la transparencia

11 Jueves Jul 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

Miriam Mireles

.

rosanaLa cerradura de la portada de El cuerpo de la transparencia (Blacamán Editores y Asociación Civil En Cambio, Villa de Cura, 2012) tienta al lector a mirar más allá de la imagen de la palabra que contempla. Escucha o simplemente es loor ante el borboteo fluido, sin opacidad de los poemas de Rosana Hernández Pasquier.

Y en esa travesía aparecen versos donde el agua padece: sufre, convulsiona, desafina; aguas caracterizando seres humanos en su devenir. Nos sorprende la manera hermosa y simple de aprender del agua, una certeza condicionada al viaje por la llave de metal  y el percibir del ruido de la lluvia: … Si el agua del grifo sale y escucha llover aprende a ser lluvia…

Descubrimos en este camino acuático que la apacibilidad del andén de la estación meteorológica, que pronostica la lluvia, se desnuda en femenino; interpretamos que las gotas de agua son bolas de cristal para especular sobre el futuro del universo y que el conocimiento de su transparencia es esquivo.

Exploramos en este visionar que es El cuerpo de la transparencia, ¿adónde habita la desesperanza? ¿en nuestros deseos? o quizás, ¿se nos ha escapado a nuestros propios espejos? Pero, ¿dónde quedan esos lugares? La poeta Rosana Hernández Pasquier, adelantándose a la duda, nos advierte en el “Lenguaje del mercurio” que no son iguales las aguas a esos cristales que nos reflejan. Intuimos que la sabiduría, la infinitud del misterio está en la lluvia, en las corrientes de los ríos, en las ondulaciones del mar.

Al seguir navegando bordeamos la niñez,…viajo en la memoria de sus tardes…, en  “Invierno” y “Agosto” emergen los gratos sonidos y los divertimentos de nuestra infancia. Nos detenemos en una de sus orillas y aparece la muerte sin avisar, en ella recordamos la frase de Bachelard: El agua es también una invitación a morir. Algunos poemas signan la muerte.  En “Desequilibrio” aflora:

 

Los signos de las aguas estancadas

son ajenos a su naturaleza

En sus bordes reside la muerte

Detenidas

su código es distinto

su número es finito.

 

Caen las cartas del encierro

Dentro

un aleteo de pez nos trastoca

es el recinto de la actuación final

Sin comprender su insondable encantamiento

La inclinación es el gesto de la despedida.

 

Avistamos en “Vaticinio” y “Aislamiento”  la presencia de la terrible vaguada, ocurrida en Venezuela a finales de 1999. A pesar de la tragedia, le estamos agradecidos por no olvidarla. La epígrafe es demoledora: a los que viven para siempre en Vargas.

En este tránsito final por El cuerpo de la transparencia, nos preguntamos ¿Cómo hacemos la lluvia? Y en esa búsqueda incesante en que nos hemos convertido, las respuestas inimaginables las dan la poesía y esta extraordinaria poeta a través de personajes, hechos, plegarias, mitos como hacedores de lluvia:

… enternecerá el corazón de Dios/ y antes del amanecer/ mandará agua sobre los sembradíos.

… Oh Rana/ envíanos pronto las joyas de las aguas/el oro del maíz espera por ti.

… Oh padre/ moja estas endechas.

Soy una muchacha ataviada/ con yerbas y flores/ traigo un velo de lleno verdor/ bailaré en cada puerta /de esta aldea/ y cantaré: mojas las mieses y las viñas/ lava la sangre derramada/ por este pueblo serbio/ que cree en la paz de las aguas.

Siempre es muy fácil regresar a El cuerpo de la transparencia. Desde su inicio se dibujan guijarros líquidos para  ofrendar a ese viaje que llamamos vida. En la relectura sus poemas continúan el viaje desde la urbe: colorea ciudades con corrientes del macadán; regala a nuestro imaginario que los rascacielos sí conocen del idioma de la lluvia. En “Las miasmas” reconoce que la muerte sale por el grifo de las tuberías: En la ciudad nos circundan/aguas negras y muertas/ Vienes por el grifo/ pero hemos olvidado tus márgenes/y la líquida geografía/ de tu cuerpo

Rosana Hernández Pasquier en cuencos sobre los que yacen sus poemas llenos de luz, vierte sobre nosotros una pregunta ¿Quién sembró toda esta piel/ de culpas?

No podemos responderle, truena y nos convertimos en lluvia.

.

@Miriam_Mireles en Twitter

Misionero de nuevo mundo

25 Martes Jun 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ 2 comentarios

Tibisay Guerra

.

Misionero de nuevo mundoEste primer volumen de un total de tres, recrea la conquista española en Venezuela. Está basado en las crónicas de José de Oviedo y Baños, quien fue Alcalde de Caracas y primer historiador venezolano.

Utilizando una narrativa exquisita, Celis nos lleva a conocer la historia de Fray Salvador Cepeda, misionero español que viaja desde Barcelona hasta las Indias con su hermano Bartolomé como parte de una gran flota de Tierra Firme y convencido de que su misión primordial en este viaje es dar a conocer el amor de Cristo en lo que sería la expedición de conquista hacia la tierra de los indios caracas y bajo el mando de Diego de Losada.

En un largo y peligroso recorrido,  Salvador se enfrenta a una realidad salvaje. Es así como resuenan con terror entre los expedicionarios nombres como Terepaima, Paramaconi y el más temible: Guaicaipuro, comandante de las fuerzas indias en el valle de los caracas. Pero también se deja seducir por lo inédito de una tierra bendita por su naturaleza y lo incauto pero valiente de su gente.

Siguiendo los pasos de Francisco Fajardo y a lo largo de un Guaire poco profundo pero cristalino, se encuentran con la tribu toromaya. Es aquí donde la voluptuosidad y belleza propias de la india venezolana se manifiestan a través de Apacuana, sobrina de Paramaconi y prometida de Baruta. Esta india y su encanto, juegan un papel fundamental en un inédito desorden “corporal” de Salvador. “ Ella olía a humo y a cenizas, a tierra y a onoto con vestigios de sudor fresco, pero era otro el aroma perturbador que me llamaba.” El erotismo también se recrea de manera deliciosa “me envolvió en un melado de besos y palabras dulces(…) me enseñó a adorarla hasta que su cuerpo convulsionó en una explosión de una delicia incalculable.”

Resalta la escritora de manera determinante, el porte e ímpetu de nuestros caciques: “Catia era alto y con una fortaleza de cuerpo y carácter que lo convertían en un gran líder.” En este punto no pude evitar decir en voz alta: Por eso es que #CatiatieneMelao.

La fe en Dios juega un papel fundamental para Salvador, pero a lo largo del recorrido, viviendo de cerca la pureza de nuestros indígenas y siendo testigo de la malicia de algunos expedicionarios, hace que él mismo ponga en duda el acto de evangelización.  Es como descubrir, después de tanto tropiezo, que serle fiel a su esencia está por encima de todo.

Como he debido dejar claro desde el comienzo: soy una lectora novata. De las que lee de noche o madrugada por falta de tiempo y de las que amanece abrazada al libro de turno. Algunas veces con más fruición que otras, esta fue una de ellas.

.

@Tibiwar en Twitter

Houellebecq en el pozo de la conciencia

28 Martes May 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ 1 comentario

.

Configuration du dernier rivageDurante sus estudios de Agronomía en la universidad, el joven Michel Houellebecq ya escribía poemas. Sus introspecciones literarias habían comenzado en su adolescencia, seducido –inexorablemente- por el bosque de símbolos de Baudelaire, tal y como en el pasado también fueron embrujados Verlaine y Rimbaud. Como decía Octavio Paz sobre el simbolista: “Encontrarse con Baudelaire significa encontrarse caído en el pozo de la conciencia”.

Hoy, cuando -a su pesar- es el escritor francés vivo más conocido, Houellebecq regresa al lugar poético, con la reciente publicación de su quinto poemario titulado Configuration du dernier rivage (Configuración del último litoral).

En esta nueva travesía poética, Houellebecq vuelve a meditar sobre la levedad total e irreparable del ser humano, que ha hecho su prosa tan universal: “Viene siempre el momento cuando se racionaliza/viene siempre la mañana del futuro abolido/El camino se resume a una superficie gris/insípida y sin goce, serenamente demolida”. Para extraer el lirismo de esta temática contemporánea, el autor versifica según el rigor de la métrica francesa.

La obra de Houellebecq, testimonia la carencia de toda épica en el presente y la sumisión a la futilidad, como lo refiere en su poema Lado B: “Y luego repentinamente todo pierde su atractivo/ El mundo siempre está allí, lleno de objetos variables/de mediano interés, fugitivo e inestables (…) Este es el lado B de la existencia/sin placer y sin verdadero sufrimiento/salvo aquel debido a la usura/Toda vida es una sepultura…”.

En el poema titulado Un momento de cosmología, se manifiesta la quinteasencia irónica del escritor: “… La nada nos propone una paz relativa/Salvo que imaginemos que vamos a resucitar/resucitar sin conciencia, que nuestros átomos idiotas/repetitivos y redondos como las esferas del loto/van a recombinarse como las páginas de un libro/escrito por un mentiroso/y leído por  cretinos”.

Frente a la disolución de lo humano en el mundo contemporáneo, los poemas de Configuration du dernier rivage, redondean una cavilación sobre el fin: “De qué nos vale la desaparición de los prismas/las cosas se organizan y se configuran/en su simplicidad lateral/Y no es la diversidad orgánica/o las viscitudes del orgasmo/ni la brutalidad del espasmo/lo que podrá alterar la perfección de la técnica”.

La originalidad, para Baudelaire, es el sello que el tiempo imprime en nuestras sensaciones. Este sello en la sensibilidad creadora de Houellebecq, deja heridas que no cicatrizan: “Desaparecidas las promesas/de un cuerpo adolescente/entramos en la vejez/donde nada nos espera/salvo la memoria vana/de nuestros días desaparecidos/un sobresalto de aliento/y la desesperanza desnuda”.

El discurso lírico enfrenta a la voluntad creadora y al estupor, esta es la contradicción de la poesía luego de que la historia se abatió a lo humano. Houellebecq se suma a este anatema, intentar la poesía sin que haya ningún motivo para hacerlo. Queda  el eco de sus palabras pronunciadas desde el pozo de su conciencia, de donde no hay salida: “Habría que atravesar el universo lírico/como se atraviesa un cuerpo que mucho se ama/Habría que despertar los poderes oprimidos/la sed, dudosa y patética, de eternidad”.

.

Reseña hecha por @storytellerve09

storytellerve@yahoo.com

New Pompey

21 Martes May 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

Diajanida Hernández G.

.

New PompeyCali, el protagonista de la historia de New Pompey, vuelve después de muchos años a su barrio bonaerense natal, vuelve a la casa en la que creció, vuelve al lugar que abandonó. Su padre y su madre murieron, rompió su relación con Jose: “Acaba de morir mi madre. Acabo de separarme. Acabo de renacer entre los restos de una vida destrozada y no hay nada bueno en eso”. Cali regresa sin remedio a Pompeya para recordar y vivir un extraño duelo, regresa para darnos una confesión-relato en tono melancólico.

Cali no soñó para él, ha vivido con el fajo a cuestas de no haber cumplido el sueño de su papá ni de su mamá; es “puto”, no fue boxeador, no se ganó el derecho a cargar un estetoscopio en el cuello. No hubo futuro perfecto. Es puto, redactor de un periódico y aspirante a escritor. Acaba de romper con Jose. La historia de New Pompey se teje desde varios duelos y con un dolor que cuesta llevar, que es difícil de curar. “Me miro en el espejo de la cómoda: ojos atrapados en una telaraña roja de cansancio, cara demacrada de faquir al que le duele la cama de clavos, cuadro sinóptico de una tristeza que clasifica cómoda para el Guinness. Lloré y no me siento mejor que antes, ni siquiera diferente, y eso de algún modo me decepciona. En las películas, los héroes lloran y se limpian. Yo no. El pus sigue, está ahí, en algún lado, como un tigre que acecha entre la maleza de los recuerdos”. Mientras Cali recuerda, se confiesa y se regodea en su tristeza paseamos por temas como el fracaso, la soledad, la amistad, la homosexualidad, el amor, la infancia, la necesidad de darle sentido a la vida.

La melancólica confesión del narrador protagonista de New Pompey no se convierte en una novela triste, y la trama que está al fondo de la voz de Cali está construida en clave negra, el lector seguirá la lectura no sólo para escuchar a ese narrador sino también para saber de un robo y su desenlace. La forma como Horacio Convertini elige contar la historia de Cali (y la del crimen) hace pensar que es una novela compuesta por muchos cuentos: cada capítulo abre y cierra anécdotas, presenta personajes y pequeñas historias que van construyendo el relato de New Pompey. Con este libro Convertini nos recuerda que la buena literatura puede ser directa, honesta, limpia y sin pretenciosas ambiciones.

.

@diajanida en Twitter

Simpatía por Ibsen

14 Martes May 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ 4 comentarios

John Manuel Silva

.

SimpatíaDijo una vez la economista Janet Kelly que Ibsen Martínez no era un personaje que despertara simpatías automáticas. Por el contrario, en el contexto de unas letras tan conservadoras como las venezolanas, Martínez encarna a un tipo de escritor muy singular: polemizador habitual (casi siempre nombrando al objeto de su polémica con nombre y apellido, al contrario de la común esgrimilla verbal anónima, tan propia de los escritores del patio), defensor de ideas impopulares, protagonista de varios desaciertos en redes sociales (el último incidente fue una desafortunada andanada de inmerecidos insultos contra el promotor literario y traductor, Guillermo Parra) y autor de la telenovela Por Estas Calles, tal vez su mayor estigma, aunque, paradójicamente, también la razón más importante de su relevancia pública, Ibsen no es el típico escritor políticamente correcto e inofensivo, aunque tampoco encarna aquella figura del intelectual público tan popular en la Venezuela de los años 90´s; más bien su imagen se acerca a la de un enfant terrible, pretendidamente provocador y polémico, aunque indiscutiblemente talentoso.

Luego de su renuncia pública a RCTV, y de que el proceso político venezolano que se desarrolló durante la última década del pasado milenio terminara endilgándole, en una muestra de alarmante simplismo y pensamiento acomodaticio, la responsabilidad de ser uno de los mayores culpables de la ola anti-política precursora del posterior proceso de desinstitucionalización del país, Ibsen Martínez optó por dedicarse de forma exclusiva al periodismo de opinión y a la ficción literaria. En el año 2000 publicó El mono aullador de los manglares (Caracas: 2000. Grijalbo de Venezuela, 310 p.), una novela con la que Martínez comenzaría a exorcizarse de su imagen pública. Aquel brillante retrato del mundo de la televisión, que parte de una anécdota absurda, sería el inmediato precedente estético de su tercera novela, Simpatía por King Kong (Caracas: 2013. Planeta, 166 p.). Lo dijo el propio autor durante la presentación de la misma, en el recién finalizado Festival de la Lectura de Chacao, cuando, en divertida tertulia con César Miguel Rondón, Martínez comentaba que luego de intentar escribir sobre Carlos Marx en su segunda obra, había descubierto que su tema era la televisión y que debía volver a él. Esta resignación del autor al admitir cuál es su tema, puede notarse en las páginas de la novela, en el cambio de tono respecto a su primera obra. Porque aunque Simpatía por King Kong también recurre al mundo de la televisión, está escrita de un modo más amable; y no sólo hablo del estilo farragoso y complejo de su primera obra, que aquí desaparece para contar la historia de una forma sencilla que apenas y si da algunos saltos temporales nada confusos, sino también en la forma de abordar los personajes. Mientras que El mono aullador de los manglares era una novela que trataba a sus personajes con una áspera distancia, en Simpatía por King Kong hay espacio para la humanidad, gracias a una mirada compasiva y hasta tierna, como reconoció el propio Rondón cuando la presentaba.

En tan sólo siete capítulos, Martínez cuenta tres historias. Primero, la del sonero cubano Kiko Mendive en sus años postrimeros, cuando ya era conocido por todos como El Casanova Noventa, o cualquier otro personaje que hubiera hecho popular en Radio Rochela, el programa cómico más exitoso de la televisión venezolana. Viejo, mariguanero, solo, derrotado y pobre, Mendive es fabulado por Martínez como un hombre que, cercano a su vejez,recibe unos disparos durante los saqueos de El Caracazo, en 1989, mientras se roba un vibráfono de una tienda de instrumentos musicales.

En segundo lugar, en un largo flashback, se nos cuenta la historia de Mendive en sus años de sonero, durante la luminosa época de los cuarenta, en pleno esplendor del cine mexicano y la música cubana. Aquí, de forma inteligente, la novela resume varias de las leyendas que rodearon la vida de Mendive. Se contraponen versiones, como aquella que aseguraba que Mendive había descubierto a Pérez Prado, el Rey del mambo, y que éste lo había traicionado una vez alcanzado cierto éxito; con otras versiones, que dicen que el también actor del cine mexicano se vino a Venezuela simplemente porque el sindicado de artistas de ese país le había retirado el carnet para trabajar, y prefirió a Venezuela porque en Nueva York no tendría futuro y en La Habana estaba condenado a ser uno más del montón. Estas historias están contadas por retazos, personajes secundarios se la van contando al narrador, Raúl, un redactor del noticiario del canal de televisión donde Mendive pasa sus últimos años.

La tercera historia que Martínez narra en esta novela, es la del segundo periodo presidencial de Carlos Andrés Pérez. Es esa época el tapiz de fondo frente al cual se narra todo. El retrato de ese periodo, lejos de ser dramático o estar salpicado de análisis sociológicos-políticos, como cabría esperar de un autor que lleva unos veinticinco años siendo uno de los más leídos articulistas de la prensa local, es bastante cínico y tragicómico. Por un lado está el canal de televisión montándose en la ola renovadora de Pérez (nombrado púdicamente como numberone), asignándole a una periodista, Wanda, con quien el narrador tendrá un romance, la cobertura de los primeros cien días del plan de reformas económicas que llevaría al país a la modernidad y que devino en un violento naufragio apenas veinte días después de anunciado. Después está el cruel retrato de ese naufragio, un resumen nada idealizado de la ola de saqueos y represión de febrero y marzo de 1989. También la emoción de la antojosa clase media con Fidel Castro, quien visitó el país para la fastuosa coronación de Pérez en el Teresa Carreño. Así como algunos brochazos sobre los tecnócratas que conformaron el gabinete de aquel gobierno, los Harvard Boys, tan brillantes académicamente como desconectados de la realidad política de la Venezuela de ese entonces.

Simpatía por King Kong es una novela muy cómica, está narrada sin ese engolamiento grandilocuente que caracteriza la peor narrativa venezolana reciente, pero no por ello deja de ser una novela seria y profunda. Aquí habría que hacer la distinción entre narrativa y retórica, digresión que algunos escritores locales no saben hacer. Una historia dice en tanto cuenta, a medida que se nos cuenta una historia, de ella se desprenden los temas que trata. Narrar no es colocar una sucesión de frases retóricas llenas de obviedades y cursilerías, más cercanas a las moralinas de autoayuda que a la literatura, con algún leve brochazo de ficción. En el caso de esta novela, el tono distendido e irónico, amén del endemoniado ritmo en el que está escrita, podría llevar a pensar que se trata solo de una historia entretenida cuando no es así, nunca es así en las ficciones de Martínez, quien ha hecho de la derrota y el talento desperdiciado el tema que cruza toda su narrativa. La derrota sin épica, vale decir, y sin romanticismos. No se trata de personajes melancólicos acodados en la barra de un bar, recitando poemas pavosos mientras escuchan música triste y añoran amores imposibles. Los derrotados de Ibsen tienen un cariz distinto.

En El mono aullador de los manglares eran personajes brillantes derrotados por la falta de oportunidades y reducidos a entregar su talento a la televisión. ¿Recuerdan el despiadado retrato de José Ignacio Cabrujas, transfigurado en un tal Manuel Villaurrutia?, ¿o a las Latiniparlas, amigas de la esposa del protagonista, resignadas a escribir trabajos universitarios que no leería nadie, aunque se creyeran mujeres muy cultas y de avanzada?, ¿o al propio protagonista de aquella novela, un libretista de telenovelas, periquero, bebedor y golpeador de mujeres, al que su trabajo provocaba impotencia y cuyo mayor logro fue levantar una farsa televisiva con un fiel de José Gregorio como excusa?. En esta Simpatía por King Kong los personajes son otros perdedores, comenzando por el narrador, quién presume que su chica es amante del mismísimo Presidente Pérez, y que terminará, viejo y sobreviviente de un infarto, persiguiendo la historia de Kiko Mendive, luego de recibirle al sonero una grabación inédita de una canción, la que da título al libro, que había compuesto para Pérez Prado y que nunca llegó a grabarse (el episodio en que Mendive cree que grabará el tema para que sea la tonada central de una serie que se desarrolla en el canal, es demoledor). Y terminando, claro, con el propio Kiko Mendive, a quién Martínez da una muerte muy triste luego de El Caracazo, aunque en la realidad el sonero murió, de la misma forma triste y patética, en un ancianato, en el año 2000 cuando ya nadie se acordaba de él.

Precisamente en aquella luminosa primera novela de Ibsen se hablaba de un nomenclátor que podría llamarse Inconclusos Latinoamericanos, y del que pudieran ser parte, además del propio Cabrujas, gente como Tin Tan, Felisberto Hernández o Arsenio Cué. Hombres brillantes, destinados a carreras luminosas, pero obligados por las circunstancias a ser personajes menores, cuando no a ejercer labores que en nada hacían justicia a su talento. La historia de Kiko Mendive, parece decir Ibsen, bien podría tener una ficha en ese inexistente trabajo. La suya es otra historia más de un gran talento perdido. Aunque, en el caso de este libro, la mirada del autor sea mucho menos cruel que la que ponía sobre Cabrujas y los otros en su primera obra; el Kiko Mendive de esta novela se reafirma a sí mismo en su derrota, es un personaje digno e inspira mucha ternura, algo inédito en la obra de un escritor que, hasta ahora, se había negado a sentimentalizar sus historias. Es en esa historia, profundamente humana, en donde uno, como lector, termina simpatizando con Ibsen Martínez y olvidando sus desaciertos públicos.

.

@johnmanuelsilva en Twitter

Jezabel en la mesita de noche de Baudrillard

07 Martes May 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

.

JezabelAl finalizar Jezabel, la nueva expedición de Eduardo Sánchez Rugeles por nuestras apostasías mantuanas, el lector echará de menos el arquetipo de héroe infausto de sus libros anteriores. Hay cánones que no deben romperse, la novela negra tiene sus reglas invisibles. En la historia más reciente del autor de Liubliana, sobra expresionismo y falta suspense.

El problema no es la anécdota sino su enfoque desde la mirada tediosa de Alain Barral, una figura bidimensional e intrascendente; quien, por más que se regodee en ello, no logra escapar a su propio determinismo moral. El viaje del lector naufraga en el piélago de la ceguera y el miedo de Barral. Sin misterio, pistas o soluciones. Hay cánones que no deben romperse.

Jezabel se alimenta de la contemplación extática de nuestra banalidad. Alain Barral y sus amigas, según las disquisiciones de C.S. Lewis, serían espejos en el que reflejamos nuestro “yo más sombrío”. Este simulacro del Narciso, precisamente, desvanece el propósito de la historia y hace más ominosa la impunidad de la muerte de Eliana Bloom.

La transgresión como estrategia fatal en el imperio de los signos, lleva a los protagonistas de Jezabel a la traición última: la de sus verdades. Es el precio por disfrutar, en palabras de Baudrillard, del “sabor fatal de los paraísos artificiales”. Expulsado de cualquier materialismo, Alain Barral enfrentará el castigo más severo que se conoce desde el origen de la humanidad: el extravío errante. Vivir sin contextos de referencia es la pena del protagonista de Jezabel. Literariamente, este recurso funcionaría, si no se tratase de una novela negra.

Sánchez Rugeles reelabora, en grado superlativo, el mal du siècle de sus personajes nihilistas. Como Baudrillard, intuye que el cinismo es el orden secreto de las cosas; pero en Jezabel pierde de vista lo esencial: la demolición de los signos es catastrófica (también en la literatura). Cacá, Eliana, Lorena y Alain alimentan por ratos el goce efímero de lo fantasmagórico que yace en nuestras conciencias lectoras; pero no se insertan en la lógica de la novela negra, cuyas historias entraman las claves de supervivencia de sus héroes.

No sorprende que los muchachos de Jezabel, se sientan privilegiados por no padecer el infortunio de amar. Su dialéctica caníbal les hizo olvidar lo que se sabe desde Cien años de soledad: que las especies incapaces de amar no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.  Un Baudrillard imaginario cierra el libro y sonríe: “¿con quién compartir este fin irónico?”.

.

Reseña hecha por @storytellerve09

storytellerve@yahoo.com

Los cuentos prófugos de Esmeralda

30 Martes Abr 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

. 

Cuentos prófugos  Los ecos de un sueñoLo primero que vale acotar sobre Cuentos prófugos, colección de cuentos de Esmeralda Tosta Montserrat, es su diversidad. Dentro de este conjunto la autora despliega un extenso abanico de temas y formas de aproximarse al relato. Así pasamos por medio de confesiones, angustias, pérdidas y miedos, al mismo tiempo que por recuerdos, alegrías y amores, todo en el marco de la cotidianidad.  Con abundantes detalles y descripciones sensoriales, cada uno de los cuentos no sólo nos conecta y atrapa como espectadores, sino que nos coloca dentro de su realidad. De esta forma, y con un ritmo que nos mantiene en permanente estado de atención, vamos descubriendo cada uno de estos pequeños mundos.

Por otra parte, Los ecos de un sueño es una novela corta en la que Esmeralda Tosta Montserrat nos presenta la historia de la familia Di Pietro. Partiendo de la llegada desde Italia de Carlo y María Pía, y durante diversas generaciones, somos testigos del establecimiento, evolución y caída de una dinastía criolla centrada en la industria hotelera. A partir de este tronco principal la trama se expande, las ramas crecen sólo para volver a él cargadas de nuevas visiones.

Cada miembro del clan Di Pietro vive la novela familiar de forma distinta, cada uno crea su identidad a partir de su memoria; sus experiencias, sus recuerdos y vivencias son el punto de partida que lo definen como un ser, cada uno va agregando sus logros y tragedias. Los recuerdos se convierten en símbolos que los conectan con su pasado. Su significado no se encuentra en los hechos. Les dan sentido y valor distinto dependiendo de cómo se han visto afectados. Todos estos trazos forman una compleja red que sostiene delicadamente la narración. Así se establece la continuidad entre el presente desamparado, el pasado confuso, un tiempo lleno de triunfos y pesares, que lo precede, y el futuro incierto, desconocido e inminente.

Un libro donde se juntan la novela y el cuento y que nos dejó un sabor agradable, recomendamos su lectura.

Reseña hecha por Libro del día.

.

Todo sucedió en un año

23 Martes Abr 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

.

Todosucedio400Caracas en 1957 era otra ciudad, una ciudad llena de espacios, con poca contaminación, donde existía una prohibición de tocar corneta vigente y el uso de la misma era penada por las autoridades. Toda una utopía existente y latente; donde los teatros, los espacios culturales y de recreación predominaban para el disfrute de sus habitantes. Estaban las salas de cine Imperial, Junín, Broadway, Metropolitano, salas de las que hoy poco o nada quedan, o sencillamente fueron convertidas en templos o lugares estatizados fuera de su uso original. A Isidoro Cabrera, ese último hombre al que Billo le dedica una canción que nuestras generaciones bailan con ligereza, se le podía encontrar frente a el restaurante Tony`s, en Plaza Venezuela para poder hacer un paseo en coche por la zona, el último coche que soportó el pasó de la modernidad y el concreto. Caracas de noche no cambiaba de piel ni se convertía en la ciudad que todos tenemos en el presente. La Caracas del 57 era un adolescente en formación.

Pero también en 1957 Caracas (y toda Venezuela) estaba regida por la dictadura de Marco Pérez Jiménez, el último dictador militarista que doblegó al pueblo a mitad del siglo XX. La persecución política era el pan nuestro de cada día, las desapariciones, los allanamientos, la lucha. Caracas era las dos caras de la moneda: por un lado era la ciudad con más proyección en Latinoamérica gracias a su moderna infraestructura y por otro lado era una ciudad políticamente opresora, que no permitía un pensamiento distinto al oficial. Este año fue crucial para poder lograr al derrocamiento del dictador, por medio de la organización de la oposición de esa época que abrió la puerta a un nuevo sistema político por el cual se luchaba: la democracia.

Bajo estos dos contextos ocurre Todo sucedió en un año Julio 1957- Julio 1958: antes y después del 23 de enero, el último libro de Gustavo Flamerich. La historia comienza en Julio de 1957 dando una visión panorámica de la Caracas en la que se vivía en aquellos tiempos, a través de la vida un grupo de jóvenes que están por entrar a la universidad, y en especial por Gerónimo, un muchacho que comienza a experimentar el mundo de los adultos a través de las fiestas, los hipódromos y los enamoramientos, que tiene que sobre llevar la experiencia de crecer en un ambiente entre lo dictatorial y lo rebelde, en donde, hasta el padre de una novia, quería ideologizarte.

La novela, como dice su introducción, es un recorrido romántico que busca exaltar los atributos de una ciudad a punto de sufrir un golpe de estado y de cómo fue la misma luego de que ocurrió. Flamerich intenta plasmar la vida caraqueña como un péndulo que se maneja entre el conformismo y el miedo a reaccionar, entre las ganas de un cambio y el valor de quienes decidieron alzar la voz para protestar. Igualmente busca hacer un quiebre dentro de la novela a través del 21 de noviembre, día en que los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela y de los liceos de Caracas inician la lucha contra el régimen perezjimenista, cansados de tanta persecución. Es aquí donde el tono de la novela cambia y comienza a contarnos los desaparecidos, los escondidos y los perseguidos que también son familia de alguien, amigos de alguien y que no pueden regresar a celebrar las fiestas decembrinas con sus allegados. Casi 50 años después nuestras navidades siguen estando signadas por la zozobra.

La misma novela lo afirma en el capítulo 21 de noviembre de 1957: “Se puede decir que en el año 1957 comenzó una etapa en la preparación de la juventud venezolana para la intervención en la política y búsqueda del rumbo en el camino de la toma de decisiones en los destinos del país”. Estos estudiantes se formaron más allá de sus casas de estudio, aprendiendo lecciones de consignas como ¡HUELGA YA!, ¡ABAJO EL DICTADOR! y resistencia, mientras luchaban desde la clandestinidad contra el gobierno

A partir del 23 de enero de 1958, bajo el grito unísono de “Ganamos. El dictador huyó” y “Nos jodimos. Se marchó el orden” se derroca a Pérez Jiménez y comienza otro país. Con una nueva Junta de Gobierno, presidida por Wolfang Larrazabal, los ciudadanos van con duda por su ciudad día a día, tratando de volver al trabajo, a la escuela, en una Caracas en la que aparentemente no existen personas que impongan la ley en estos tiempos de incertidumbre donde, incluso, un brazalete podía salvarte milagrosamente de la cárcel. Es así como comienza la democracia: tanteando entre lo desconocido. ¿Qué pasa luego del 23 de enero? Pues los exiliados vuelven, se instaura un nuevo régimen y se comienza una nueva vida política donde la participación ciudadana será el ensayo y error de la nueva democracia.

Particular y arriesgada en su extensión, esta novela, como su prologuista lo enuncia “no es un trabajo de investigación política ni con menos una chanfaina politiquera” sino un relato con rasgos históricos que muestra los sinsabores de una época que luchó y entendió el costó que puede llegar a tener la libertad de un país que busca su camino, que los jóvenes siempre serán el germen para comenzar todo de nuevo y encontrar las razones para luchar. Sirvan, entonces, estas líneas para que el lector se entusiasme con su lectura y comparta su visión crítica ante uno de los momentos más apasionantes de Venezuela.

.

Reseña hecha por: Libro del día

La vida interior de los ecos de Pron

09 Martes Abr 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ 1 comentario

.

la-vida-interior-de-las-plantas-de-interiorEn El cerco, un cruce anaeróbico de situaciones, el argentino Patricio Pron establece una premisa teológica que tiene un sabor a Wittgenstein: “si la Biblia tiene razón y Dios es principalmente una clase de escritor, entonces es uno indiferente a lo que sucede con sus personajes, a los que deja perderse (…) de ser Dios un escritor justo, crearía un cerco de palabras para que sus personajes no se dispersaran (…) y que ese cerco de palabras sería el mundo pero también sería el relato”.

Tal es el primer cuento del más reciente libro de Pron, La vida interior de las plantas de interior (Mondadori, 2013), que ofrece en conjunto un intento de subversión literaria contra los demonios implacables, banales o inverosímiles que subyugan la vida cotidiana.

Títulos expresionistas como Un jodido día perfecto sobre la Tierra, o Como una cabeza enloquecida vaciada de su contenido apuntan la perspectiva de las narraciones del autor. En cuentos como Diez mil hombres o Algunas palabras sobre el ciclo vital de las ranas, el mismo Pron hace suya la idea de la desaparición del autor de Roland Barthes, y juega al simulacro asomándose en las entrelíneas de su propio monólogo.

Su técnica discursiva va de lo omnisciente hasta permitirse que las disquisiciones de escritor, sean el propio objeto a ser atestiguado por un narrador encubierto. Los finales de sus cuentos son metáforas de puntos suspensivos que le marcan el sendero al lector, cuando se encuentra frente a frente al significante del protagonista.

La historia titulada En tránsito (cuyo inicio le hace un guiño a Tolstoi) destaca por la intensidad de su pulso poético: “A veces él piensa en ella y se dice que quisiera saber cómo está pero que no va a llamarla y que le gustaría que las colillas, que están apagadas y frías y sucias en el suelo, se encendieran todas de repente como las luces a los costados de una pista de aterrizaje desquiciada al comienzo de un vuelo nocturno…”.

Uno de los puntos clave en la intuición filosófica de Nietzsche, es la observación de uno mismo en el juego estético. En La vida interior de las plantas de interior, Pron se ha contemplado a sí mismo desde los ecos de numerosos Otros que resuenan en su mente; y los ha exorcizado en esta serie de relatos que escribe con la solvencia de quienes han seguido las enseñanzas de los maestros secretos del oficio de narrar; y como él mismo confiesa, de resolver dejarse arrastrar por ese sueño de la literatura “como un mal viento adondequiera que ese viento quisiera llevarme”.

.

Reseña hecha por @storytellerve09

storytellerve@yahoo.com

Cosas que puedes saber de Enza García Arreaza leyendo sus plegarias

12 Martes Mar 2013

Posted by Libro del día in Reseñas

≈ Deja un comentario

Violeta Rojo

.

Plegarias para un zorroEn este nuevo, reciente, magnífico libro de Enza García Arreaza, cada cuento pareciera totalmente distinto al anterior y un ejemplo en su género, pero también hay sorpresivos hilos conductores que conforman un todo orgánico.  Hay elementos fantásticos, autoficcionales, líricos, eróticos que confluyen en un durísimo retrato de la realidad venezolana reciente. Quizás más duro que los más duros libros que hemos leído sobre el tema en estos años. Quizás más acertado en desnudar el momento político que muchos ensayos.

Pero no quiero hacer una lectura de profesora, solo quiero decirles porqué este es un libro que vale mucho la pena leer, entre otras cosas porque está escrito de manera maravillosa y porque además de una aguda y no siempre directa descripción de lo que pasamos, también la magia, el amor, el dolor, la sexualidad anidan en estas páginas. En suma,  lo que quiero es decirles porqué deberían leer este libro y también que uno puede aprender  muchas cosas sobre Enza, los zorros, los espíritus, los hechizos, el tiempo, la muerte y nosotros leyendo estas páginas.

En Gracias Nuestro señor Alexander Stein, por ejemplo aprendí que Enza (o un personaje que no puedo dejar de pensar que es Enza, o una narradora que se parece sospechosamente a Enza, pero que debe ser otra porque los escritores juegan mucho a enmascararse) quería ser astrónoma.  También supe que tiene un tarot de su abuela, la que tenía la casa llena de patos; que espía besos, que a su tía Lucía le hicieron una maldad al lado de una mata de nísperos y que revisa la correspondencia ajena para averiguarle la vida a los demás. La narradora escribe un español diáfano (y el adjetivo lo tomo de una diáfana descripción de uno de sus diáfanos relatos). Esta Enza que narra que quizás no es Enza, suma y resta colores y descubrió que “la etimología de una persona no siempre se ciñe a la historia universal de lo cotidiano”. Y no hay que olvidar a  Alexander Stein que puede ser malo, misterioso o bueno, depende del cuento o la circunstancia y que no trabajaba con dioses rústicos.

En Jorge y el dragón supe que se  inventa un personaje que se llama Don Fernando de los Santos Lugares y Cortés, que es dueño de barcos y consiente a su hija Luna en demasía.  A esa pobre Luna, por cierto, “el lecho siempre sabría a mar pútrido, a cielo negro despellejándose en la dilación de un vacío”, y coincidirán conmigo en que eso es una desgracia. Hay indios devotos de la luna  del cielo que protegen a la mujer que se llama como su diosa.  Hay un niño con mal poder a quien llaman San Jorge, que vive cerca de un monte donde vive una vámpira a ofrecer saciar la sed de los que piensan en agua. Y por supuesto aparece Federico, porque cuando hay lunas se abre camino a un poeta de gitanos.

En la historia de Andrei Baladescu y los caballos supe que es una mala costumbre poner primero los adjetivos y hacer del primer deseo del día una metáfora. Y me asusté cuando apareció de nuevo Alexander Stein y descubrí que quizás no es el mismo y que el problema de éste tiene que ver con el diablo y un bar que se llama Dracul, porque además el asunto es en Transilvania. (Y que conste que es la segunda referencia a nosferatus en dos cuentos). Además hay una Cornelia que no es la Cornelia de Blaga, pero prima de él y terminan apareciendo fugaces los Poemele Luminii. Pero el Lucian que vuelve a Caracas es otro, es hijo de la señora Stein que también leía la muerte. Y además aparecen los Strigoi, que son unos vámpiros y vamos por la tercera referencia a Nosferatus en dos cuentos.

En cambio en Vistiendo a Matías el narrador es un señor que vive en la época de Luis Herrera y que dice, muy acertadamente, que el tiempo de dios no es ningún perfecto y que más bien ese tiempo parece la “máscara anciana y tribal de un locutor de las tinieblas” (y aquí hago constar que cuando escribía esta cita tuve un lapsus y puse el corazón de las tinieblas y el error tiene sentido).  Aquí también las mujeres son de armas tomar, porque las mujeres de Enza son tan aguerridas que las describe como “fantasmas iracundos, devoradoras de cunas (…), abrelatas, basiliscos”.  (Y aquí les indico que es bueno que se den cuenta que en este libro hay más fantasmas que árboles en el anterior).  El caso es que aquí en magia vivimos, así que los días que la gente nace o se conoce determina como van a ir las cosas. Y los nombres también tienen ánima, así que es malo correr detrás de gente que se llama así o asá. Y se dicen cosas tan hermosas como que “Nuestro tiempo, frente al llanto de una mujer o la imagen de nuestro árbol preferido, sólo es un plagio de la realeza perdida”.

Y después viene Akuma contra el tiempo, que un cuento de un futuro que no va a existir, o quizás sí, o quizás habla de un pasado que existió o quizás no. Aquí hay un diario que explica un mundo y un país con ciudades grises, donde hay una guerra y una insurrección. Resulta que el país es Venezuela y el mundo es el que va a venir y lo que nos espera da mucho miedo. Pero también hay un pasado tenebroso, y hay señores de la absolución y regentes del castigo y una cosmogonía.  Y también una mujer que fabrica un laúd que solo con tocar la piel se lanzaba a tocar solito melodías distintas que eran la ira, la gracia o la risa o la pena que sentía el dueño. Y es un mundo en el que las mujeres domesticaban a los hombres susurrándoles al oído, porque si no se quedaban entre los árboles.  Aquí, “no es fácil mirar a los dioses a los ojos” y hay hecatombes de colibríes y abejas, mujeres que se convierten en detalles olvidados y  y la puerta del infierno es un peñasco de lapislázuli.   Por si fuera poco, a la gente de la tribu se les pueden sembrar recuerdos del futuro y hay zorros con alas. Y vuelve a aparecer Stein, pero quizás es otro distinto al de los otros dos cuentos.

Y por último está Plegarias para un zorro, que es posiblemente el cuento más bello y más triste del mundo. Aquí hay gente que debe abandonar su país y no puede volver, porque Enza otra vez, con la excusa de contar sobre otros tiempos, países y personas, termina escribiendo cuentos políticos, lúcidos, terribles, que me hacen pensar que si aquí la cosa es invivible, afuera también lo es porque salimos cargando un país que es tan doloroso que va sembrando congojas. En Plegarias hay niños solitarios y tristes y niñas que “huelen a hojas húmedas por el rocío” y que se llaman Kitsune, como espíritu de zorro.  Aquí también hay noticias de un país lejano que son tan desoladoras y lacerantes como las que escuchamos cada vez más a menudo.  Quizás más, porque las malas noticias viajan rápido y se fortalecen en la distancia. Y hay en este cuento fantasmas (ya les dije que éste es un libro de fantasmas) y  éstos requieren mucha atención y están vinculados a los zorros de una manera que prefiero no repetir porque me da miedo invocarlos.

Ya ustedes saben que Enza García Arreaza es una magnífica escritora y que sus pocos años de edad parecieran cientos de años de experiencia narrativa. Lo único que me queda es decirles otra vez que hay muchas cosas que se pueden saber de Enza y de lo que nos rodea leyendo este libro, entre otras que la vida es triste, que el país es duro, que el amor duele y que el futuro y el pasado se entremezclan como un juegos de barajas.

.

@violetred en Twitter

← Entradas anteriores
Entradas recientes →

Metamorfosis libros

No se encontró ninguna imagen en Instagram.

Entradas recientes

  • Cuidar la lectura del otro: sobre el oficio de librero
  • La imagen del lector en Los detectives salvajes
  • UNA LECTURA PRECIPITADA DE CONFERENCIA SOBRE LA LLUVIA, DE JUAN VILLORO
  • La soledad de los números primos
  • ENARDECIDA MÁQUINA

Libro del día

  • Atentos, este club es imperdible. twitter.com/elestantelit/s… 3 days ago
  • RT @atajoslargos: Tengo ganas de pegarme una borrachera de tres días, cantando guarachas y boleros. Ganar una fortuna apostando caballos y… 1 month ago
  • RT @rodcasares: Se solicita librero. https://t.co/pocy0hVPUw 1 month ago
  • Libreros de España, atentos a este taller. twitter.com/librealbedrioa… 1 month ago
  • RT @rodcasares: Hoy termina el Taller para libreros que dicto con mis amigos de @librealbedrioag y estoy tan contento con esta experiencia… 2 months ago
Follow @ellibrodeldia

Archivos

  • enero 2019
  • noviembre 2018
  • octubre 2018
  • mayo 2018
  • febrero 2018
  • octubre 2017
  • septiembre 2017
  • agosto 2017
  • septiembre 2015
  • junio 2015
  • diciembre 2014
  • abril 2014
  • marzo 2014
  • febrero 2014
  • noviembre 2013
  • julio 2013
  • junio 2013
  • mayo 2013
  • abril 2013
  • marzo 2013
  • febrero 2013
  • enero 2013
  • diciembre 2012
  • noviembre 2012
  • octubre 2012
  • septiembre 2012
  • agosto 2012
  • julio 2012
  • junio 2012
  • mayo 2012
  • abril 2012
  • marzo 2012
  • febrero 2012
  • enero 2012
  • diciembre 2010

Categorías

  • #Librodelaño
  • #Librodeldia
  • Artículos
  • Entrevistas
  • Noticias
  • Podcast
  • Reseñas
  • Uncategorized
  • Videos

Meta

  • Registrarse
  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.com

Blog de WordPress.com.

Cancelar
Privacidad & Cookies: este sitio usa cookies. Al continuar usando este sitio, estás de acuerdo con su uso. Para saber más, incluyendo como controlar las cookies, mira aquí: Política de Cookies.